- O sea... - meditó Adam, dando pequeños paseos por toda mi habitación.- Que quieres que te ayude a limpiar una biblioteca.- asentí.- Llena de libros.- volví a asentir. Chasqueó la lengua.- Pues lo siento, pero no está dentro de mis planes limpiar el polvo de los libros.
- ¡Eres un desagradecido!- exclamé indignada.- Encima que te ayudo a atrapar a los demonios, no eres capaz ni de agradecérmelo.- hice un mohín. Adam abrió la boca, soltando una carcajada.
- Perdona, bonita, pero si me estás ayudando es porque la culpa de que esos demonios fueran liberados fue tuya.- contestó con sagacidad.
- ¡Argh!- bufé. Siempre que hablábamos de ese tema salía yo perdiendo porque él me sacaba la excusa de “Tú liberaste los demonios. La culpa es tuya, y solo tuya”- Vale. Muchas gracias por ayudarme.- comenté con sarcasmo.
Genial... Era de noche, y en vez de buscar lo que tenía que buscar, es decir, cosas que relacionaran la muerte de Lewis con plumas negras, iba a estar observando los estúpidos libros de la biblioteca. Y no solo eso, sino que también los tendría que ordenar por orden alfabético.
Comencé por ordenar la primera estantería. Comencé a recoger los libros a los que podía llegar, dado que era muchísimo más pequeña que la estantería. Pero el problema estuvo en cómo llegar a los más altos.
Maldije por lo bajo y cogí una silla. Y ni tan siquiera así los alcanzaba... Solo los rozaba con la punta de los dedos.
- ¿Necesitas que te echen una mano?- preguntó Adrian desde abajo. Soltó una risita en voz baja.- ¿Sabes? Las escaleras existen para que puedas llegar hasta allí arriba.- le sonreí con sarcasmo.
- Muy gracioso.- comenté, aunque le hice caso.- Bueno... ¿Cómo tú por aquí?- pregunté, mientras llevaba la escalera tambaleante por el pasillo de la biblioteca. Él me miró con una sonrisa torcida.
- Me gusta venir aquí y comprobar cómo ha avanzado la tecnología moderna.- respondió, ayudándome con la escalera.- Antes ni tan siquiera podías comunicarte a largas distancias, y ahora, con tan solo enviar un e-mag...
- E-mail.- corregí con una leve risita.
- E-mail... ya puedes decir lo que quieras, a quien quieras.- suspiró con entusiasmo.
- Ya... Bueno, esas son las ventajas de la tecnología.- dije, subiéndome a la escalera. ¡Al fin conseguí llegar! ¡Bien!- Aunque no te creas, que yo hubiera preferido mil veces estudiar la historia en el siglo X que ahora, sinceramente.- Adrian rió sonoramente.
- ¿Por qué?- preguntó, curioso.
- Obviamente porque había menos cosas que aprenderse.- contesté con una sonrisa astuta de oreja a oreja. Él me devolvió la sonrisa.
- Yo prefiero el siglo XXI. La ropa es mucho más cómoda.- me guiñó un ojo.- Créeme.
- Te creo.- comenté entre risas.- ¿Era bonito?- él me miró sin comprender.- El pasado, me refiero.- aclaré.
- Sí... Bastante. Sobretodo si eras un noble. Cada día podías tener una fiesta en tu casa, si así lo deseabas. Bailes de máscaras, galas con pelucas, incluso a veces una orquesta famosísima tocaba en tu casa. A Cassidy la encantaban esos bailes.- tras decir esto, se produjo un silencio que solo rompían los libros que colocaba en el lugar correcto.
- ¿Me podrías pasar el libro que tienes a tu derecha?- le pregunté, haciendo que el volviera a la realidad. Señaló el libro que le decía. Asentí. Leyó el título mientras lo cogía.- ¿Oscar Wilde?- asentí.- ¿Lo has leído?- reí, pero negué con la cabeza.- Es un buen libro. La ingenuidad del pobre Dorian le pasa factura con el tiempo. Su alma se convierte en su demonio interior... – comentó con tristeza.
A pesar de que él no lo dijera con palabras explícitas, entendí el doble significado de esa frase: él había cometido demasiados errores en el pasado, tanto con Cassidy, como con otras cosas que ignoro el significado. Y ahora él estaba afligido. Me dio bastante pena.
Cuando ya hube acabado – mayoritariamente – de ordenar los libros por orden alfabético, me dispuse a irme a la habitación a descansar un poco. Me había pasado toda la mañana y toda la tarde ordenando libros, perdiéndome las clases de la mañana, y el tiempo libre de la tarde... Una pena.
Pero antes de irme, dediqué a Adrian unas palabras de ánimo:
- ¿Sabes? Yo no creo para nada que seas un demonio malo. Simplemente has vivido una vida demasiado dura. Pero sé que dentro de ese alma “masacrada” y “oscura”, hay alguien que un día tuvo luz en su interior.- me fui alejando hacia la puerta, mientras veía una que una sonrisa tierna asomaba su rostro.- Así que no dejes que te corrompan más, y que oscurezcan más tu corazón.- y entonces me fui.
Nuevo Cap!!!^^ Me hubiera gustado publicar este capitulo un poquito antes, pero bueno, al menos lo he publicado xD La verdad es que ahora con el comienzo de las clases tengo menos tiempo libre del que me gustaria =(
Espero que os guste. ¿Cuáles serán los misterios de la historia? No lo sé de momento xP (O al menos no todos) Por lo que solo espero que os guste lo que escribo =)
No os olvidéis comentar!!
XoXo
Savannah♥
wow estuvo genial, me encanto este cap.
ResponderEliminaryo tambien pienso que Adrian en el fondo es bueno, ademas la ayudo a ordenar los libros cosa que Adam no hizo, espero que se lo saque en cara :{
espero que escribas pronto, esta historia me encanta!!!
chao y besos!!!
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anda que, adrian o adam (ya da igual) podrian haber hecho algo por ayudarla...un conjuro o algo..XD
ResponderEliminargenial, como siempre ;)
beso