lunes, 16 de agosto de 2010

Capitulo 3

- ¿De qué hablas?- pregunté, exasperada.- Si me dijeras de qué se trata yo...

- ¡Yo, yo, yo!- gritó él.- ¡¡Esto no se va a arreglar así como así!! ¿O es que ese pelo negro y esos ojos verdes te han absorbido el cerebro?

- Mira... Estás loco... Mejor me voy y te dejo solo...

- ¿Como hiciste con tu hermano?- me quedé helada.- Alejarte de él no significa olvidarlo, Juliet.

- ¿Qué sabes de Lewis? ¿Y cómo sabes mi nombre?- inquirí, dándome la vuelta, y viendo como él sonreía.

- Sabía que si te hablaba de tu hermano no te irías.- comentó triunfante.

- ¿Quién eres?- pregunté.

- Soy Adam Samuels... Un ángel.- dijo, tendiéndome la mano. Solté una carcajada.

- Sí... Y yo Maria Antonieta reencarnada.- contesté sarcásticamente.

- Eso explicaría tu mal genio.- enarqué una ceja.- No me preguntes, me lo han dicho.

- ¡Estás loco!- exclamé.

- ¡Entonces ya somos dos! Según tengo entendido te tomaron por loca hace años... - comentó sonriente.

Este tío me daba escalofríos. Sabía más de mi vida que ninguna otra persona que haya conocido jamás. Y eso me ponía los pelos de punta. ¿Y de qué me estaba hablando?

- Está bien... Te lo explicaré todo... - dijo con tono aburrido, contestando a mi pregunta mental.- Resulta que soy un ángel, y mi misión en la Tierra era encontrar ese collar, hasta que tú, mocosa impertinente, apareciste y liberaste a unos demonios...

- Espera, espera, espera... ¿Demonios? ¿Misión?- suspiró hastiado.

- Parece que esto nos va a llevar más de lo que esperaba... Ese humo que ha salido del collar eran unos demonios que llevaban encerrados siglos, hasta que tú, querida, los has liberado.

- Pero... yo no sabía... - balbuceé culpable.

- Te lo advertí. Pero no me escuchaste. Te dije que me dieras ese collar, pero la señorita no me hizo caso.- espetó enfadado.

- ¡Bueno, yo no sabía nada de esto! ¡¡Si me lo hubieras explicado tal vez no lo hubiera abierto!!- exclamé.

- Ya... ya... Eso no lo arregla... - puso una cara de “una idea me ha venido a la cabeza”- O sí.- sonrió maliciosamente, y desapareció.

Así que al fin de cuentas era un ángel... Parecía más bien uno de esos demonios a los que buscaba... En fin... No hay porqué darle importancia.

Regresé al restaurante a comer con mis padres, pero en el camino no me volví a encontrar con la niña pequeña de antes... Eso era extraño...

Después de ese incidente, pasé el día sin complicaciones, yendo con mis padres al centro comercial, cosa que odiaba. Pero ellos insistieron en que debía renovar mi vestuario... Y no tuve más remedio que acceder a ir.

Cuando regresé al internado, me alivié. Lo reconozco: no me gusta pasar tiempo con mis padres... Ellos iban a otra onda, y hablaban de cosas que para mí resultaban insignificantes. Pero pasar un día con ellos y verlos felices me hacía a mí feliz... O solo una parte.

Tras cenar, darme una ducha de agua bien caliente, y ponerme mi pijama, me dispuse a irme a dormir. Al fin un poco de tranquilidad...

Pero mi tranquilidad se esfumó en el momento que vi el reflejo de unas alas blancas en la ventana...

1 comentario:

  1. Veo ue me hiciste caso :D
    Ahora ya esa todo perfecto.
    Seguro que el de la ventana es Adam, porque es o Adam o... otro angel?? Superman?? Prefiero a Adam :D

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