sábado, 14 de agosto de 2010

Capitulo 1

- ¡Señorita Anderson! ¿Se puede saber qué hace levantada a estas horas?- exclamó la directora del internado.

Genial... Me habían pillado... Hoy era mi día.

- Nada. Simplemente había oído ruidos en el jardín y me levanté a ver qué pasaba.- mentí con tranquilidad. Ella asintió.

- Pues ya puede regresar a su cuarto.

- De acuerdo.- añadí y me fue lo más deprisa que pude a mi dormitorio. Cuando llegué, saqué lo que tenía escondido en mi espalda: unos archivos del 12/05/09. Fue el día en que mi hermano Lewis murió. Y el día en que por poco lo hago yo...

Lo recordaba perfectamente. Era el típico día que te llevabas aburriendo, y, por la tarde, al venir tu hermano de la universidad, le propusiste ir a alguna parte en coche. Pero después las cosas no salieron como todos esperábamos, y él chocó contra algo invisible. Él murió dos segundos después, y yo tuve bastantes heridas leves, y una grave en el brazo. Pero lo más extraño de todo, fue que, después de que las ambulancias y mis padres llegaran, encontré una pluma negra en su asiento.

Al principio pensé que era de un animal, pero cuando apareció otra pluma igual a la anterior al morir mi abuela paterna, comencé a asustarme. Y a buscar en Google.

Y aquí estoy... Una noche de invierno en la biblioteca buscando información de algo que no sé qué es...

Bostecé. Tenía demasiado sueño... Así que dejé esos archivos en un lugar seguro y me tumbé en la cama, arropada con mi colchón.



- ¡¡Juliet!! ¡¡Despierta!!- gritó una voz, provocando que pegara un salto de la cama y chocara con la cabeza de una chica.

- ¡Chloe!- exclamé entre dientes, enfadada.- ¡¿Qué pasa ahora?!

- Es que hoy es sábado... Y, bueno... tus padres te estaban esperando en la entrada.- comentó ella con culpabilidad.

¡Mis padres! ¡No me podía creer que se me hubiera olvidado! ¡Hoy tenía el día libre! Maldije por lo bajo mientras corría a ponerme ropa decente. Pero Chloe fue más rápida y me pasó una sudadera con capucha y unos vaqueros.

- Gracias.- dije, y, tras cambiarme, bajé corriendo a recibirles. No es que me entusiasme la idea de pasar un día con mis padres, los cuales me enviaron a este internado por miedo a que me pasara algo, sino porque hoy era uno de los pocos días que podía salir del internado sin recibir ningún castigo.

Mis padres, al verme, me abrazaron y me llevaron al coche. No me dijeron dónde nos dirigíamos, simplemente se quedaron mirándome con ternura.

Se sentían culpables... Lo sabía. Pero fue su culpa que me enviaran a un internado, igual que fue su culpa que  un médico horrible me obligara a tomar medicación porque pensaba que estaba loca. El doctor- si a eso se le puede llamar doctor- no creyó mi versión de la historia de la muerte de Lewis, ni tampoco la relación de las plumas negras con la muerte de una persona, y, por eso, me obligó a tomar unas pastillas. Pero ya dejé de tomarlas... Y de ir a ese asqueroso médico.

- Llegamos- dijo mi madre, haciéndome desviar el camino que habían tomado mis pensamientos.

Salimos del gran coche, y lo que me encontré no me gustó para nada.

Era el restaurante más lujoso de la ciudad... Y del estado de Oregón... Mesas de lujo, comida deliciosa, camareros atentos... A primera vista no había nada que no hiciera a este restaurante perfecto...

Pero había una razón por la cual temía entrar en ese restaurante: ese fue el último lugar que estuve con mi hermano Lewis antes de verlo morir.




2 comentarios:

  1. Me gusta cómo empieza. Lo de las plumas... ¿qué será?

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  2. Esta muy chulo, el comienzo =) voi a leerme el segundo jejeje esta interesante .

    Felicidades!!

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