miércoles, 17 de noviembre de 2010

Capitulo 28

- En serio, Adam... - repliqué, mirándolo con los ojos entrecerrados.- ¿Te puedes poner en serio con esto? O me ayudas con este proyecto, o te largas y me dejas de molestar.

Él rió con ganas.

- Y si te ayudo... ¿qué gano yo a cambio?- resoplé y él se acercó peligrosamente a mí. Nuestros labios casi ya se estaban rozando cuando la puerta de mi habitación se abrió repentinamente, dejando ver la figura sorprendida de mi madre. Un momento... ¿Mi madre? ¿Qué hacía ella aquí? Que yo supiera no era sábado...

Adam y yo nos separamos y fingimos que no había pasado nada.

- ¡Oh, lo siento!- se disculpó mi madre.- Veo que interrumpí algo. Lo siento mucho... Esto... - se tocó el pelo con la mano y se mordió el labio, señal que estaba nerviosa. Era curioso; ambas hacíamos los mismos gestos en situaciones parecidas. Era extraño, nunca me había fijado.

Por supuesto. Porque nunca la había visto así, como estaba ahora.

- Juliet... ¿Puedo hablar contigo?- me miró a los ojos, esos increíbles ojos azules que Lewis heredó en su momento...

- Claro... Adam ya se iba, ¿verdad?- le miré, alzando las cejas. Él soltó una carcajada insonora, y asintió.

Cuando él fue desapareciendo por la puerta, mi madre se atrevió a entrar en la habitación. Pero sabía que Adam no se había ido. Estaba escuchando la conversación atentamente. Cotilla...

Mi madre se sentó en mi cama, al lado mío. Me dedicó una sonrisa forzada, algo incómoda.

- Si interrumpí algo me puedo ir...

- No. Tranquila.- la calmé, preocupada ya por su amabilidad excesiva.- ¿Qué querías?- ella suspiró, pero supe cuando me cambió a otro tema que lo que me tenía que contar no me iba a gustar demasiado.

- ¿Quién es ese Adam? ¿Tú novio?- me removí incómoda.

- Algo así.- contesté, intentando evadir el tema.

- No le había visto antes por aquí... - meditó pensativa.

- Es que es un alumno nuevo.- me apresuré a decir, nerviosa.- Vino hace un par de semanas.- ella abrió los ojos.

- ¿Y ya le permites estar en tu cuarto, y ser tu novio? ¡Apenas lo conoces!

- Mamá... le conozco desde hace bastante tiempo.- “Sí...desde que fuimos a comer al restaurante donde Lewis murió.” Añadí en mi interior.- Solo que se mudó al internado porque... sus padres oyeron que... este internado era mejor que en el que él estaba. Sí.. eso.- mi madre me envió una mirada acusadora.

- ¿Cuántos años tiene?- ¡Ahí me había pillado!

- Emm... puess... creo... Tiene 22.- mierda... Me di mentalmente. No siempre te podía salvar tu número favorito.

- ¿¿22?? ¡¡Tiene 5 años más que tú, Juliet!

- Cuatro.- corregí. Iba a cumplir los 18 dentro de poco. Muy poco.

- ¡Aún así es demasiado joven!- exclamó enfadada. Bufé.

- Bueno... ¡La edad no es un problema! Si no miraos a papá y a ti. Él te saca 7 años, y os casasteis. Estáis perfectamente juntos.- argumenté con sagacidad. Su mirada se ensombreció.

- Yo no estaría tan segura... - murmuró. A continuación me miró con tristeza a los ojos.

- ¿Por qué dices eso mamá? ¿Ha pasado algo en casa?- inquirí con bastante preocupación. Ella suspiró cansada.

- El caso es... que tu padre y yo... - esperé, a que pudiera terminar la frase. Y, aunque la terminó, su voz fue apenas un susurro:- Nos vamos a divorciar. 




Holaa!! Siento muchísimo no haber podido publicar antes T_T Perdonadme, perdonadme, perdonadme, perdonadme!!! He estado increíblemente liada, hasta el punto que solo pude publicar el capitulo 1 del otro blog y leer algunas de vuestras historias... Espero que no os enfadeis conmigo. =(

Tengo una buena noticia!! Ademas de que acabo de publicar el cap! xD Bueno... resulta que hace un par de dias estuve buscando una foto de Juliet (sí, sigo buscando. No me convencí con las que os puse la otra vez) que encajara con el perfil, o, que al menos, se diera un aire al personaje. Y la encontré!!! Wiii. Aquí os pongo un par de imágenes. 



Sí. Es Kaya Scodelario. Estuve viendo Skins, y esta chica me pareció que se daba un aire a Juliet (aunque no mucho, es mejor que las otras xD)

Bueno... Espero que os haya gustado el cap y las imágenes.

No os olvideis comentar =)

XoXo

Savannah

sábado, 6 de noviembre de 2010

Capitulo 27

¿Y ahora qué podía hacer? Ya estaba claro que no iba a poder irme de aquí... No podía idear un plan, mi mente no funcionaba. Y mucho menos con Adam siguiéndonos a nuestras espaldas.

Dylan nos condujo hacia una habitación que no había visto antes. Nos encerró a Adam y a mí, y nos dijo:

- Dejemos que los trágicos amantes se despidan antes de volver a encontrarse.
Y desapareció. Sabía con certeza que esto iba a acabar mal... Y no podía hacer nada para evitarlo.

- Juliet- susurró Adam, intentando que no nos oyeran.- ¿Estás bien?- asentí, sin decir palabra.- Me alegro.- suspiró aliviado. Sacudió la cabeza, y siguió hablando.- Escúchame. Intentaré ganar algo de tiempo cuando nos saquen para encerrarnos en el collar. Mientras tanto, escapa. Yo era la persona que ellos querían. Cuando veas que tienes oportunidad, corre hacia la puerta y pronuncia las palabras “Angelum”. Después, corre hacia un lugar seguro. Todo saldrá bien...

Simplemente me limité a asentir, a pesar que no quería pasar los últimos momentos de vida escuchando a Adam decirme que si él muere, yo no debía volver bajo ningún concepto.

No le dio tiempo a decirme nada más, porque Dylan, junto con otros cuantos demonios que no conocía, entraron a la estancia y nos condujeron hacia el jardín.

Terrorífico. Esa era la palabra. Había atardecido, y el jardín estaba lleno de velas. En el centro del lugar, había un hexagrama. Escalofriante.

- ¿Está preparado todo?- preguntó Dylan a una mujer que había cerca de una pequeña hamaca.

- Por supuesto, señor.

- Ehh..- llamó Adam, dándome una mirada significativa.- ¿Y esta mierda es todo lo que tenéis preparado?- bufó.- Así no vais a conseguir ni que ella muera, estúpidos.

Lo siguiente que pude ver antes de echar a correr, fue a una jauría de demonios abalanzándose sobre Adam, el cual cayó al suelo como si fuera un trozo de hierro.

Y entonces hice caso a Adam, y corrí. Corrí lo más que pude, a pesar de que mis pulmones me estaban matando lentamente; corrí, aunque los demonios se dieron cuenta de que había escapado; e intenté salir cuanto antes de la casa, sin pensar en nada más.

Cuando salí, la luz del atardecer me dio de lleno en la cara, impidiéndome ver completamente. Pero eso no me detuvo. Grité, cuando una mano me tiró al suelo, y me cogió del tobillo.

Dylan. ¿Cómo había podido ser tan tonta? Ahora tendría que idear un plan. A menos que...

- ¡¡Angelum!!- grité con todas mis fuerzas, esperando que algo ocurriera e hiciera que Dylan desapareciera. Pero no pasó nada. Nada, excepto que la cara de Dylan cambió por completo. Pasó de ser divertida y segura, a pálida y preocupada. Y gracias a eso, me desprendí de su amarre y corrí hacia un hueco que había entre varios árboles y me escondí.


Esperé como unos 20 minutos, hasta que, finalmente, una voz me llamó.

- ¿Juliet? ¿Estás ahí?- instintivamente, al saber que se trataba de Adam, salí de mi escondite y le busqué con la mirada.

Tras encontrarle, abrí la boca de sorpresa: estaba lleno de sangre. No sabía si era suya o de los otros demonios que había en el jardín, pero estaba empapado en ella. Además, tenía pequeños cortes por todo el cuerpo. No me lo pensé dos veces y corrí a abrazarlo. A pesar que estaba enfadada y tenía algo de miedo, y sobretodo, a pesar de haberme enterado que me espió la última noche.

- ¿Estás bien?- pregunté, poniendo mi nariz en el hueco de su hombro. Él asintió y suspiró aliviado.

- Al fin todo se acabó. Todo va a estar mejor a partir de ahora. Ya todo está bien.- me consoló él. O eso creía... De no ser porque se puso a reír de alegría.

- ¿Qué pasa? ¿De qué te ríes?- él me miró con una sonrisa.

- Soy libre. Ya no seré más el ángel de la muerte, el que se lleva todas las almas perdidas al otro lado. Me han ascendido.- comentó orgulloso.

- ¿Quiénes?- pregunté, pero enseguida me di cuenta.- Ah.. Pero.. ¿Cómo lo sabían? Es decir, ¿qué has hecho para que te ascendieran?

- Te salvé.- contestó.- Evité tu muerte, Juliet. Ya no soy un ángel caído.

Me abrazó con fuerza, pero no haciéndome daño, sino dándome las gracias. Yo le devolví el abrazo. Me alegraba mucho por él, de que no tuviera que ver a la gente morir y llevarse su alma, ni encerrar a demonios y todas esas cosas...

Llegó un momento en que ambos- Adam y yo- estábamos demasiado cerca, muy cerca de nuestros respectivos labios. Él se fue de acercarse, pero antes de que me besara, le interrumpí.

- ¿Esta vez te irás?- le pregunté, mirando a sus ojos grisáceos, que ahora tenían un brillo especial.

- No. No volveré a irme.- contestó él, con una sonrisa cautivadora.

- ¿Nunca? ¿Te quedarás?

- No, nunca me iré de tu lado, Juliet.

Y nos fundimos en un tierno y apasionado beso, mientras los últimos rayos del sol se desvanecían entre los árboles, dejando paso al crepúsculo de la noche.




Se terminó la primera temporada!!! Síiii! Estoy muy contenta! He de deciros que la segunda temporada no será miel y rosas... Sino que vendrán cosas y disputas entre Adam y Juliet. Solo aviso para que luego no os pille desprevenidos xDD

Espero que os haya gustado el final! No os olvideis comentar. (Podéis poner qué creéis que pasará en la segunda temporada, también ^^ A lo mejor me dais alguna ideita... =)  )

Muchas gracias por todos vuestros comentarios. Me han hecho muy feliz =D

Intentaré publicar prontito (Siento no haber podido postear el viernes... T.T)

Canción de la semana: Hey Soul Sister- Train (Llevo escuchándola como 30 veces xD)

XoXo

Savannah

lunes, 1 de noviembre de 2010

Capitulo 26

Llevaba un día sin ver luz solar... ¡¡Un día!! O eso creía yo... No había comido nada, tampoco. Los repugnantes demonios no habían querido darnos ni tan siquiera agua. Malditos... Se iban a enterar cuando consiguiera escapar de aquí... Disfrutaría matándoles, si tenía la fuerza necesaria para hacerlo, claro.

Las conversaciones entre Adrian y yo se mantenían a preguntarnos qué tal estábamos. Ninguno quería hablar o decir nada, puesto que los otros demonios podía escucharnos.

- ¿Crees que conseguiremos salir de aquí pronto?- le pregunté. Él me miró pensativo, debatiéndose si contestarme o no.

- No lo sé. Si encuentran lo que quieren pronto, el probable que salgamos heridos de esta. Si no…- dejó la frase al aire cuando entró a la habitación Dylan.

- Pero bueno… Veo que nuestra pequeña muchacha está comenzando a deshidratarse…- habló él con su asqueroso tono déspota.

Si hubiera tenido las manos libres juraría que le hubiera golpeado con lo primero que hubiera cogido, pero, al no ser así, lo único que podía hacer era callarme.  Pero él siguió hablando como si nada hubiera pasado.

- Mira, Juliet, ¿no?- asentí, precavida y con el ceño fruncido.- No queremos hacerte daño, simplemente queremos que Adam venga hacia aquí. Apuesto a que ya está en camino…

- ¿Cómo sabes eso?- interrumpí. Él soltó una carcajada.

- Os estuvo espiando ayer por la noche después que abandonaras tu habitación.- abrí los ojos como platos. ¿Que Adam qué?- Veo que no lo sabías, al parecer…

- ¿A ti qué te parece, pedazo de idiota?- comenté, con tono sarcástico. Él entrecerró los ojos, y me dedicó una mirada envenenada.

-Conque esas tenemos, ¿eh?-inquirió. Me agarró del brazo, y tiró de mí, obligándome a levantarme con dificultad.- Pues ahora verás lo que les pasa a las personas que nos desafían. - añadió con una voz que me dio escalofríos.

Con sus manos, desató mis esposas de donde estaban atadas, y, empujándome, me llevó a la entrada. Eché un vistazo a donde se encontraba Adrian: tenía una cara de terror que jamás pensé ver algún día. Él negó la cabeza y, según entendí, me susurró: No hagas ni digas nada.

Pero él no me conocía. Sí, es probable que me mataran por contestarles tanto, pero ya que lo iban a hacer ahora, ¿qué más me daría si al menos intentaba escapar? Total, iba a acabar igual si no lo conseguía…
Dylan me condujo hacia la puerta de entrada, que, tras unos instantes abrió. Y en la puerta me encontré a la persona que menos esperaba ver en estos momentos.

Adam, sofocado, iba vestido como la otra noche: pantalones negros y camisa blanca. Su pelo, alborotado y cubierto por unas gotas de sudor, se veía perfecto. La cara era lo único que le delataba: roja y blanca. Y su respiración era muy irregular.

- ¿Qué haces aquí?- susurré en voz queda. Él me miró con preocupación.

- ¿Estás bien?- preguntó él. Asentí.

- Por ahora.- contestó Dylan por mí.

- ¿Qué quieres decir con…?- interrogó Adam, dando un par de pasos hacia mí. Pero el demonio se lo impidió.

- No te acuerdas de mí, ¿verdad, angelito?- Adam le miró con el ceño fruncido, negando con la cabeza.- Bueno… no te culpo; han pasado muchos años.

Adam abrió la boca, sorprendido.

- ¿Dylan?

- En efecto. El mismo que encerraste como un prisionero en el collar.- hizo una pausa dramática cuando le vino una idea a la cabeza.- ¿Qué te parece si… si ahora hago lo mismo contigo y tu noviecita? Fíjate si soy bueno, que os encierro juntos.- sonrió maliciosamente.

- No serás capaz…

- Mírame.- dijo Dylan, enfatizando la palabra. Me arrastró hacia atrás, llevándome a un sitio desconocido, con Adam siguiéndonos unos pasos más atrás.

¡Ay, madre! ¡En qué lío estábamos metidos ahora mismo!




Siento muchísimo no haber podido publicar en toda la semana pasada T.T No tenía mucha inspiración, y hoy, fuera de casa, me ha venido xD Menos mal que tenía a mano el pen-drive y un ordenador (importante eso xDD) Bueno, ya está por terminar la primera temporada, y, como la mayoría a querido que haya una segunda, la habrá ^^ 

También, acabo de crear hace unos cuantos días el blog del que os hablé. La historia será de ángeles y demonios. Aún no he publicado ningún capítulo, y tengo que buscar las fotos de algunos personajes, pero de todos modos, os dejo el link: http://mademewannadie.blogspot.com/ Espero que os guste también. ^^

Nos os olvidéis de dejar un comentario. Grax a todos los que comentaron la última entrada =)

Bss y que hayais pasado un Halloween terrorífico xD.

Savannah

viernes, 22 de octubre de 2010

Capitulo 25

Argh... Como me dolía la cabeza. Debería haber hecho caso a Adam... No merecía la pena... ¡Maldita sea! ¿Es que ahora hasta tiene que estar presente en mis pensamientos? Cuanto desearía olvidarme de él por unos instantes, dormir en mi cama, calentita y...

Un momento... ¿Dónde estaba?

Abrí los ojos de golpe, y la oscuridad me invadió. Estaba apoyada en una pared con grietas, esposada de pies y manos, y lo único que me permitía distinguir dónde me encontraba era una rendija situada a unos cuantos metros del suelo. ¿Qué había pasado con el bar? ¿Y con la copa de mi mano? ¿Y con Adrian?

- ¿Te has despertado ya, princesa?- preguntó una voz adolorida. Entrecerré los ojos para poder ver mejor en la oscuridad.

Y funcionó. Adrian estaba a unos cuantos pasos delante de mí, con la cabeza apoyada en la pared, y lo que parecía sangre en la boca. Su cara de sufrimiento me decía que no estábamos aquí para divertirnos.

- ¿Dónde estamos?- interrogué yo, sintiendo un dolor agudo en la cabeza. Él se encogió de hombros, y gateó hasta donde yo me encontraba.

- No lo sé. Lo último que recuerdo fue que alguien me golpeaba y sedaba...

Entonces mi dolor de cabeza no se debía al alcohol. Bueno... tal vez.

Esta situación la vi ya en una película de ciencia-ficción. Y, si soy sincera, el final no es que fuera muy feliz. Los malos mataron a los buenos, y después todo se terminó. Un final genial e increíblemente feliz...

No supe por qué, pero pensar en eso hizo que una lágrima saliera de mis ojos... Lágrima que intenté quitarme lo antes posible.

¡Argh! Maldito Adam... ¿Por qué siempre tenía que llevar razón? ¿Por qué no le hice caso?

- Adrian... - le llamé, cuando un pensamiento me vino a la cabeza.- ¿Tú me... besaste?- él  me miró.

- Esto... creo que sí.

- ¿¡Crees!?- repetí, enfadada. Le habría dado un tortazo de no ser porque estaba atada de pies y manos.- Pero ¿tú eres tonto?

- ¡No lo sé!- exclamó él.- Estaba borracho, estabas borracha, y no pensé en mis acciones. Además... ¡tú me devolviste el beso!

- ¡No sabía lo que hacía!- exclamé. Unos aplausos interrumpieron lo que estaba a punto de decir.

- ¡Que conmovedor!- comentó una voz procedente de la oscuridad.- Pero no gritéis tanto: me entra dolor de cabeza.

- ¿Y tú quién demonios eres?- interrogué yo, entrecerrando los ojos. Él rió.

- Mira, en lo de demonio has acertado.- dio un par de pasos hacia mí, y entonces pude verle la cara.

Era un chico de unos 19 años, con el pelo rubio y ojos negros como el carbón. Tenía una sonrisa lasciva y arrogante, que dejaba ver unos grandes colmillos. Su pelo estaba alborotado y algo largo, dándole un aspecto más aterrador.

- Veo que ya has despertado, princesita.- dijo, con un tono de reproche.

- ¿Quién eres?- pregunté, intentando distraerle para ver si podía escapar. Él desconocido sonrió.

- Eso no te va a funcionar, preciosa. Hay otros dos demonios más ahí fuera deseosos de sangre.- contestó, dándome un pequeño golpe con el dedo en la nariz.- Me llamo Dylan.

Me callé. Decidí no hablar más, y ponerme a pensar un plan que consiguiera sacarnos con vida de allí.

Estaba tan sumida en ese pensamiento, que pegué un bote cuando sentí la mano del demonio en mi mejilla. Y después la aparté con sequedad.

- ¡Vaya! Si nuestra humana tiene genio y todo.- comentó entre risas. Este tío me ponía de los nervios...- Me pregunto... si estás tan buena por dentro como por fuera.

Le escupí. No lo pude evitar. Este tío era un asqueroso repugnante. Dylan se llevó la mano hacia donde le escupí, y puso una cara llena de ira. Pero no me hizo nada. Simplemente se acercó a mi oído y me dijo:

- Ten mucho cuidado con lo que haces, cariño. Es posible que acabes muerta antes de lo previsto. Y me encantaría ser yo quien lo hiciera...

Caminó hacia la puerta y, tras abrirla, comentó en voz alta:

- Que alguien venga a cuidar a esta gata, porque acaba de sacar las garras...

Y, tras desaparecer, no vino nadie más. De momento.

- ¿Pretendes que te maten?- inquirió Adrian, hablando por primera vez.

- ¿Es que quieres que te metan miedo estos estúpidos?- pregunté yo, sorprendida.- Si ahora les dejamos hacer lo que quieran, no tendremos ninguna oportunidad de escapar.

Él negó con la cabeza, con gesto de derrota.

- No lo entiendes, ¿verdad?- negué.- Estos demonios fueron unos de los que estaban en el collar.- explicó.- Lo más probable es que quieran venganza del tipo que los encerró.

- O sea... Adam.- completé. Adrian asintió con pesadez.

- Si te enfrentas a ellos, corres el riesgo de que te maten en menos de tres segundos. Son muy fuertes. De los primeros que Adam encerró. Y te aconsejo que no escapes.- advirtió Adrian.

- ¿Por qué?- pregunté.

- Porque la única opción que tienes de salir viva de esto... – no terminó la frase, pero yo la completé por él.

- Es que maten a Adam. Solo nos quieren como rehenes.





Siento no haber publicado antes... Pero he estado enferma T.T Ahora que tengo un rato he decidido publicar el siguiente capitulo. Espero, sinceramente, que os guste.

Ya se acerca el final... Quedan pocos capitulos para acabar... Por lo menos, la primera temporada. Y una pregunta: ¿¿Os gustaría que hubiera una segunda temporada?? Decídmelo. 

Y, como ya se va acercando el final, comentad, porfa. ¡¡Os lo agradecería muchisimoo!! De verdad =)

Con respecto a la historia que haré, como la mayoría ha votado, será de ángeles y demonios. Estoy pensando de momento (me queda muy poco). Pondré la sipnosis en cuanto la tenga. ^^

PD: Me tengo que poner al día con todos vuestros blogs. Siento no haber podido comentar... Pero no he tocado el ordenador en una semana más o menos.

XoXo

Savannah

viernes, 15 de octubre de 2010

Capitulo 24

Ella dormía tan apaciblemente que me daba pena despertarla... Además, estaba tan guapa... En fin... ¿Ahora qué la decía yo cuándo despertase?

Demasiado tarde. Comenzó a moverse ligeramente, y, más tarde, a ir de un lado a otro de la cama con el ceño fruncido y la boca entreabierta. Una pesadilla, seguro. De repente, abrió los ojos como platos, y se incorporó rápidamente, como si no supiera dónde estaba.

- ¡Juliet, Juliet!- la llamaba yo, o, mejor dicho, gritaba. Ella me miró, respirando entrecortadamente.- ¿Estás bien? ¿Qué has soñado?- parpadeó varias veces, sorprendida, pero contestó más tarde.

- Una... pesadilla. Eran unas esposas en las manos de alguien, llenas de sangre... Estaba todo oscuro, no se veía nada... Y después alguien grita.- me miró, ya más tranquila.- Una simple pesadilla de adolescente.- abrió la boca, la cerró, y, de nuevo, la volvió a abrir.- ¿Qué haces aquí?

Carraspeé. Que mala pata...

- Esto... Te encontré desmayada en la habitación, y me quedé contigo hasta que te despertaste.

- Entonces no me diste el beso... - murmuró para ella, aunque conseguí oírla.- Fue un sueño...

- ¿Cómo?- pregunté, haciendo como que no había oído nada. Ella se puso colorada, tomó aire, y prosiguió.

- ¿Tú... ehh... por casualidad no me besaste antes de que me desmayara?- mi mandíbula se desencajó. Y pensaba que no se atrevería a preguntarme... Bufé.

- ¡Por supuesto que no! ¿Estás tan enamorada de mí que hasta sueñas que te beso?- inquirí, con mi típica actitud. Ella me fulminó con la mirada, se levantó de la cama, y salió del cuarto. - ¿Dónde vas?- la pregunté, esperando que mi comentario no la hubiera molestado, aunque sabía que había sido así.

- A por un trago. ¿No puedo, o qué?- gruñó ella, caminando hacia el pequeño “pub”, si es que a una pequeña cafetería donde vendían alcohol y cafés se le podía llamar así.

- ¡Por supuesto que no! ¡Eres menor de edad!- exclamé con indignación.

- ¿Qué eres, mi padre? ¡Puedo hacer lo que quiera! Además, dentro de poco tiempo cumpliré los 18!- respondió con perspicacia. Murmuré una maldición en voz baja.

- ¿Quieres emborracharte estando en un internado?

- No. Solo quiero algo. Nada más. No pasará nada. Ya puedes irte, no necesito tu ayuda.- y siguió caminando, dejándome a atrás.

Si Juliet se creía que me iba a quedar de brazos cruzados, que no iba a ir a espiarla, ni a hacer nada, estaba muy equivocada.

Desaparecí por arte de magia, y aparecí en una esquina del mini-pub que había en el internado. Y lo que vi me dejó helado. Juliet estaba conversando con Adrian. Genial...

- Y, básicamente, por eso estoy aquí.- finalizó ella, tras relatar todo lo ocurrido. Él la miró divertido.

- ¿No crees que eres un poco joven para tomar esto?- adivinó Adrian, tendiéndole un vaso que contenía un líquido amarillento y bastante ancho. Por favor... Me llegaba el olor de alcohol hasta mí... 

Ella se encogió de hombros, y cogió el vaso.

- Puede. O puede que no. Lo único que quiero es olvidarme de mis problemas durante unas horas...

- Igual que yo, entonces.- coincidió con una mirada apenada Adrian.

- ¿Cassidy?- él asintió.- No me digas... La has visto.- él volvió a asentir.- Entonces, amigo, tenemos problemas. ¡¡Camarero!!- gritó al hombre que había a unos metros de ella. Él la miró sorprendido.- ¡Pon una de estas para mi amigo!- le señaló la copa que tenía en la mano. El camarero, con el ceño fruncido, le sirvió a Adrian una copa del mismo tamaño y color que el de Juliet.

- No lo sé. Creía que me quería... Pero al parecer no es así.- bebió un trago, al igual que ella.- Dijo que desde que conoció a Adam, me olvidó por completo. Y que no me volvería a ver más, ya que se fugaría con él tarde o temprano.

“Ja, ja. Solo si quiero fugarme yo con ella, listo.” Me reí en mi interior. Y nunca, ni en un millón de años, iría con Cassidy de nuevo.

- Lo siento. – dijo Juliet, poniendo una mano en el hombro de Adrian.

Siguieron conversando, y bebiendo, hasta que estuvieron tan borrachos que ni sabían dónde estaban. Sus conversaciones no tenían sentido.

- Y... voilà. La perfecta fiesta de cumpleaños.- finalizó Adrian, después de haber contado alguna que otra trastada de cuando era joven. Juliet no pudo aguantar la risa y comenzó a carcajearse.

- ¿Y tus padres no te dijeron nada?- preguntó con una sonrisa traviesa.

- ¡Para nada! No se enteraron de lo que hice hasta una semana después, cuando los padres de la chica se lo contaron.- ella siguió riendo. ¡Qué risa más bonita...!

Sacudí la cabeza unas cuantas veces, intentando quitarme esos pensamientos. Por favor... a Juliet no le gustaba yo...

Cuando volví a prestarlos atención estaban todavía más juntos que antes. Les separarían un par de centímetros.

- Fue un buen plan, si lo piensas. Conseguí un beso de la chica en mi cumpleaños.

- ¿Siempre consigues lo que quieres?- preguntó ella, mientras Adrian se acercaba todavía más.

“¡Oh, oh!” me advirtió mente. “Están demasiado cerca.”

- Sí.- contestó en un susurró, y acortó la poca distancia que había entre ellos, juntando sus labios con los de Juliet.

¡¡Maldito cabrón!! ¡La besó! Lo que menos me esperaba que hiciera, y va y lo hace. Y no cuando Juliet está sobria... No. Escogió el peor momento.

Pero ella le devolvió el beso, y colocó sus manos en el pelo de él, para profundizarlo.

Estaba lleno de ira. Toda mi sangre estaba caliente, y, apuesto a que también estaba rojo de celos.

Porque no podía ir así como así y detenerlos; no si no quería que Juliet me echara una bronca de cuidado.

Porque era él quien la estaba besando.

Porque no era yo el que la estaba besando a ella.




Al fin!!!! Ya tengo el capitulo 24!!! No veáis las ganas que tenía de publicar ya. Pero entre los exámenes, los deberes y actividades extra-escolares, no he tenido NADA de tiempo... T.T 

Je, je. Solo he de decir una cosa: las "fans" de Adam que no se enfaden conmigo. Lo siento mucho, realmente lo siento, pero es que el pobre Adrian me daba mucha penita. Pero incluso los tres tendrán un final feliz... O no. xD

Os agradecería mucho si me ayudáis a elegir el tema de la siguiente historia que fuera a hacer (Aunque primero intentare terminar esta) Votad la que más os guste, y si tenéis alguna otra sugerencia que no haya puesto, dejarme un comentario. La respuesta que más tenga, es de la que será la siguiente historia.

Comentad, xfa. Me gustaría saber qué os ha parecido este cap.

PD: Canción de la semana: Impossible- Shontelle

XoXo

Savannah

lunes, 11 de octubre de 2010

Capitulo 23

Adam POV's




Al separarme de Juliet, ella me miró sorprendida, pero no dijo nada.

- Lo siento.- murmuré en una voz tan queda que casi ni lo oyó, y, después, la dormí y la llevé a su cama.

No podía permitirme enamorarme de una humana, no otra vez. Ella estaría expuesta a un peligro bastante grande, y podría acabar como Cassidy, convirtiéndose en un demonio por venganza. Y ese era un problema del que no me gustaría ocuparme.

Y hablando del demonio; un olor muy familiar apareció en la habitación: rosas y frambuesa. Era un aroma inconfundible. Cassidy.

- ¿Qué quieres, Cas?- gruñí, dejando con el mayor cuidado posible a Juliet. Se veía como un ángel, mas joven incluso. Al darme la vuelta descubrí a una Cassidy muy distinta a la habitual: su pelo se había rizado más, y sus ojos tenían un negro inconfundible.

- ¿Es que no puedo hablar contigo un rato, Adam? Como en los viejos tiempos.- contestó con una sonrisa torcida.

- No tenemos nada de lo que hablar.- repliqué, enfadado. Ella se acercó a mí y me tocó la cara con la mano.

- Has cambiado tanto.- comentó, con ternura.- Siempre pensé que serías mi lucero, la persona que velaría por mí cada noche, alguien a quien contar mis secretos cuando no tuviera a ninguna amiga... – su voz se enfrió, y clavó sus uñas en mi mejilla, aunque sin llegar a hacerme daño.- Aunque veo que has encontrado a una suplente muy rápido.

- Y yo siempre pensé que eras dulce y tierna, pero al parecer ambos nos equivocamos.- contesté con voz neutral. Ella me miró, sonrió, y, en menos de un parpadeo, ya estaba al lado de Juliet, que dormía profundamente.

- Juliet... ¿no?- asentí, confundido.- Muy guapa... Pero no inmortal. Es débil, y puede morir en menos de un segundo.- rozó con sus uñas su mejilla, de la cual salió una mota de sangre.- ¿Ves? Eso es la debilidad, Adam. No deberías estar con una persona que te puede causar tanto sufrimiento. Deberías... matarla tú.

Había cambiado demasiado. Ya no era la Cassidy de la que me había enamorado. Era un monstruo.

- A lo mejor así es como aprende a apartarse de mi camino, si tú la haces daño.- continuó ella hablando, mientras miraba a Juliet con malicia.- Quizá entonces aprendería la lección: Nunca se puede confiar en ti.

- Eso es mentira.- contradije. Ella rió, pero sin ganas.

- ¡Eso es todo verdad! No confías en ella, pero Juliet sí confía en ti. Extraño... – meditó, colocando su dedo índice bajo su barbilla.- Pero estoy segura que cuando te conozca mejor, aprenderá y no confiará en ti. Eres el ángel de la muerte, te expulsaron del cielo por traición, al fin y al cabo.- se encogió de hombros, triunfante.

No respondí. Era cierto. Traicioné y clavé un puñal por la espalda a un montón de gente. Gente que me quería.

- Primero Adrian, luego yo... ¿Quieres que Juliet se sume a la interminable lista?- inquirió ella, mirándome a los ojos.

- ¿Qué es lo que quieres?- murmuré entre dientes, tragándome mi enfado.

- ¿Acaso no lo he dicho? Quiero que huyas conmigo, que olvides la vida que llevas ahora, y que te olvides del pasado. Te ame, y te sigo amando.- la desesperación era palpable en su voz.

Al ver que no me creía nada, se apartó de Juliet y vino a mí. Y pronunció, con su perfecto acento francés, las palabras que siempre le oí decirme:

- Je t’adore. ¿No te basta?- antes de siquiera poder contestar, me besó con fervor y exasperación.

- Basta, Cassidy.- respondí, cuando la pude apartar de mis labios.- ¿No lo entiendes? ¡Ya no te quiero!- grité, sacando al exterior la furia que me estaba aguantando.

Ella hizo un mohín, frustrada, pero, al ver que estaba mirando a Juliet, sonrió. Conocía esa sonrisa. Se le había venido algo a la cabeza.

- No se lo has dicho... ¿verdad?- aparté la vista de una Juliet cálida y tranquila, para fijarla en una Cassidy malévola e indiferente.- Adam... sé todos tus secretos. Aunque no hubiera estado presente en todos estos años, sí lo he estado en el collar.

- ¿Qué quieres decir?

- ¿Sabes? Si quieres que Juliet no termine como lo hice yo, deberías empezar a ser sincero con ella... Comenzar contándole lo que pasó el día en que su hermano Lewis murió.- agaché la mirada.

Sabía que tenía razón. Pero no podía contárselo. Se enfadaría demasiado conmigo por lo que hice.

- ¿Por qué la salvaste? ¿Qué tenía ella de especial?- preguntó ella, frunciendo el ceño.

No contesté. No sabía la respuesta... Pero lo que sentí cuando la vi, aterrorizada en el coche... Me hizo querer salvarla.

- Mataste al demonio que se interpuso en su camino, ¿no es cierto?- asentí.- Pero no pudiste salvar a su hermano. Tan solo a ella... ¡¡Y sigo sin entender por qué!!- estalló Cassidy. - ¡¡¿Por qué, a esta humana estúpida e insignificante, que no duraría ni un asalto en tu vida?!!

- ¡¡¡No lo sé!!!- chillé yo en respuesta.- Verla así me... apenó. Ver su muerte... Estaba tan harto de presenciar la muerte de cada persona... de cada niño, que no podía ver morir a otra persona más. No porque un demonio se interpusiera en su camino.- contesté con sinceridad.

- ¿Y entonces pensaste que lo mejor sería jugar a los médicos salvando una vida y poniendo una pluma negra en otra?- inquirió ella, con el ceño fruncido.- ¿Condenándola? ¿Haciéndola ver cómo su hermano murió, mientras ella sufría en el hospital, recuperándose de sus heridas?- no respondí. Ella se acercó a mí y me agarró la cara con ambas manos, obligándome a mirar a Juliet.- Pues déjame decirte una cosa: La has cagado. Ella no quería vivir en un mundo sin él. Te lo dice una experta en ese tema.

Y desapareció. ¡¡Maldita Cassidy!! Ahora tendría que pensar en cómo y cuándo decírselo a Juliet...




Al fin conseguí publicar el capitulo 23!!! Bueno, aquí se revelan bastantes cosas, aunque aún quedan otras cuantas. Creo que es más largo que los otros (mi opinión y la de Word xD) 

Espero que os haya gustado. Pensé que sería bueno que Cassidy y Adam mantuvieran una conversación antes de que ella pasara a la acción xD

No os olvidéis comentar qué os ha parecido. (Muchas gracias a todas las personas que comentaron en el anterior capitulo)

Intentaré publicar el siguiente lo antes posible!!

XoXo

Savannah

viernes, 8 de octubre de 2010

Capitulo 22

 - ¿Que Cassidy te dijo qué?- exclamó Adam, incrédulo. Sus ojos parecían que se salían de sus órbitas.- ¿Hablaste... hablaste con ella?

- Sí. En efecto. ¿Y cuándo pensabas decirme que eras un ángel caído?- demandé indignada. Él bajo su mirada.

- Esto... Nunca. Simplemente pensé que todo acabaría cuando encontráramos a los demonios que nos quedaban por cazar.

- ¡Ah, muy bonito! Tú sabes todo sobre mi vida, pero sin embargo yo tengo que seguir creyendo el prototipo de chico irresistible y duro que eres, ¿no? Muy considerado por tu parte.- comenté con sarcasmo, poniendo los ojos en blanco.

- Oye, mira, no es mi culpa que... – comenzó, pero alzó las cejas y sonrió con malicia.- ¿Te parezco irresistible?- bufé.

- No tengo por qué contestarte a esa pregunta.- farfullé, intentando evadir el tema. Pero él se vio reacio.

- ¿En serio, Juliet? ¿De verdad lo crees?- indagó él, con una voz aduladora que me puso los pelos de punta.

- ¿Por qué no me lo contaste?- respondí a su pregunta con otra, dejando su guardia bastante baja. Bajó su mirada y se encontró con mis ojos entrecerrados. Los suyos brillaban de una extraña manera... Parecían luceros, o estrellas. Me acerqué un par de centímetros sin poder evitarlo.- Eres el ángel de la muerte, ¿cierto?

- Por mala suerte, sí.- contestó cabizbajo.

- ¿Por mala suerte?- repetí yo, animándole a continuar. Él suspiró con cansancio.

- Juliet, no tienes ni idea de lo que es estar llevándote las almas de cada persona que muere en este mundo. Me castigaron, sí, pero no sabes de qué manera.

Eso me pilló totalmente por sorpresa, al igual que la cara de sufrimiento de él. Nunca había pensado imaginármelo así, y menos con esa cara. Tan atormentado.

- Entonces... ¿no puedes  renunciar?- Adam negó con la cabeza, apenado.

Le di la espalda, sin saber por qué.  Me quedé sin palabras, no sabía qué contestar a eso...

Respiré profundamente, intentando ordenar todos mis pensamientos. Y, entonces, me vino una cosa a la cabeza.

- Cassidy dijo que la dejaste en el altar plantada... ¿por qué?- aún seguía dada la vuelta, evitando mirarle. Tenía la mirada perdida, pero escuché perfectamente lo que dijo.

- Cuando conocí a Cassidy, ella era una persona dulce y amable. Me enamoré de ella. Pero más tarde, cuando la fui conociendo más detenidamente, comencé a ver sus defectos. Era muy caprichosa, y siempre tenían que hacer las cosas como ella quería. Adrian no vio eso, porque aún sigue enamorado de ella, pero yo sí. E intenté separarme cuanto antes de ella. Pero ella pareció no aceptarlo. Ni Adrian tampoco.

- Espera, espera... – me di la vuelta y le miré a los ojos.- ¿Conocías a Adrian?- él sonrió burlón.

- Era uno de mis mejores amigos.- comentó con pesadez.- Antes, al menos. Hasta que se enteró que me iba a casar con Cassidy. Y eso hizo que todos, los tres, termináramos mal.

- ¿Qué pasó?- me animé a preguntar en voz queda. Él apartó la vista.

- No quiero hablar de eso.- suspiré, hastiada.- Mira, Juliet, cuando te dije que tenía muchos secretos en mi pasado de los que me gustaría olvidarme, no te mentía. Al contrario, lo decía totalmente en serio.- no me di la vuelta, por lo que él, desesperado, me cogió por los brazos y me hizo mirarle a la cara.

- No tienes porqué darme ninguna explicación. No las necesito.- murmuré enfadada.

- Pero quiero dártelas.- replicó él con un brillo astuto en sus ojos azules.- No creo que te resistas, debido a que soy irresistible.- bromeó, pero yo me giré de nuevo, no sin antes darle un puñetazo en sus costillas, provocando un gemido de dolor. - ¡Eso ha dolido!- protestó él.

- Eso te pasa por ser tan sumamente gracioso en momentos como este.- contesté con sarcasmo. Al no oír ningún contra-argumento, pensé que ya se había ido, y sonreí por ello.

Pero no. No se había ido. Simplemente se había colocado en un lugar más cerca de mí. Cerca de mis labios. Cerca de mi rostro. Tanto, que me sorprendí y lancé una pequeña exclamación al verle.

- ¿Se puede saber por qué siempre haces eso?- demandé, enfurecida.- ¿Sabes los sustos que me das cada vez que...

Pero no me dejó terminar la frase, porque junto sus labios a los míos con suma desesperación.

“¿Por qué?” me pregunté. “¿Por qué de repente, y cuando menos me lo espero, me da un beso que me deja sin defensas? ¿Y por qué luego no quiere mencionar el tema? ¿Por qué quiere olvidarlo como si nunca hubiera pasado? ¿Por qué quiero olvidarlo yo?”

Mientras nuestros labios se movían al compás, mientras Adam, tras el beso, me miró a los ojos, caí en la cuenta de por qué no quería que nada de esto pasara entre nosotros.

No quería porque sabía que, muy en el fondo de mi corazón, estaba loca por Adam.




Aquí os dejo el capitulo 22!!! (O.O 22 capitulos ia... xD) En fin... no sé qué decir. He tenido algo de tiempo y me he puesto a ello, y como ahora aquí tendremos un puente de 4 dias!!!! (Yupiiii xD), supongo que escribiré un par de capitulos. 

Solo os pido un favor: votad en la encuesta que he puesto al principio. Me gustaría saber quién queréis que narre el siguiente capitulo. Es crucial! Es para saberlo, y comenzar cuanto antes. 

Respecto a la nueva historia que comenté, aún no tengo mucho. Solo sé que irá de vampiros (uooo), pero no de los buenos xD. Aún estoy pensando en las características físicas de los personajes, y solo tengo una idea muy por encima de lo que va a ser la historia. De todas formas, a medida que vaya teniendo más noticias, ya os enterareis. Y... ya sé el nombre que le voy a poner!!! Pero os lo diré más adelante.

Muchas gracias por todo. No os olvidéis de comentar.

XoXo

Savannah